¿Quién se dedica a dejar libros por el Museo de Zaragoza?

Los trabajadores del museo llevan meses inmersos en un proyecto de intercambio de libros que les resulta ilusionante.

Libros liberados en el Museo de Zaragoza
Libros liberados en el Museo de Zaragoza
Museo de Zaragoza

El Museo de Zaragoza se define en su web como "un lugar único donde descubrir historias del pasado". No en vano, es el museo más extenso del territorio aragonés y difunde, a través de sus colecciones, la evolución cultural del territorio remontándose hasta su prehistoria.


Tanta riqueza concentrada en sus salas ha debido de influir en sus trabajadores. Entre personal de servicios y de administración trabajan para el Museo de Zaragoza unas 35 personas y desde hace unos meses andan todas embarcadas en un proyecto que les resulta ilusionante. Fueron los propios trabajadores quienes decidieron unirse a la red internacional de 'bookcrossing' y desde abril se dedican a soltar libros por las salas del museo. Lo hacen de forma discreta, con la intención de sorprender a sus visitantes, pero también para deleitarse ellos y tener la oportunidad de toparse con joyas liberadas por otros compañeros.


Las chicas del área de Educación y Comunicación han soltado "muchísimos". Liberan tres o cuatro de lunes a viernes y otros tantos los fines de semana. Por las bancadas del museo han pasado desde 'La amigdalitis de Tarzán' hasta el 'Ulises' de Joice, pasando por obras de Soledad Puértolas.



Los traen de sus casas, los inscriben en la red internacional de intercambio de libros (bookcrossing.com) y esperan a que algún visitante se regale un minuto, se detenga a ojearlo y se de cuenta de que alguien lo ha dejado allí para él. Para que se lo lleve, lo lea y vuelva a soltarlo en algún sitio. Algunos, incluso, se han animado a aportar más libros y los trabajadores del museo han podido leerse 'Señora de rojo sobre fondo gris' de Miguel Delibes.


Manolo García es personal de servicios auxiliares y atiende la centralita del museo. Confirma que tanto él como sus compañeros participan de forma activa en el intercambio de libros. Él se dejó tentar por 'La vida instrucciones de uso' de Georges Perec. Se lo encontró paseando por su lugar de trabajo y tras leerlo lo volvió a depositar en otra sala. Han pasado varios meses y tanto él como sus compañeros de oficina siguen pensando que sumarse a la red de 'bookcrossing' fue una "estupenda idea". De hecho, se involucran hasta tal punto que explican el sistema a los visitantes habituales que dan muestras de no conocer los mecanismos del 'bookcrossing'.


Sabina Lasala, del área de Educación, añade satisfecha que el Centro de Libros de Aragón ya les ha donado varias cajas. "Una persona había depositado allí unos libros y entendieron que la mejor manera de conservarlos era donarlos para el 'bookcrossing'", explica. "Los hemos ido liberando poco a poco".


Sobre cómo surgió, Lasala explica que los trabajadores del museo y el personal de sala "colaboran siempre con todas las iniciativas culturales que se organizan y que el tema de la lectura es algo que les apasiona a todos".


Con esta particular iniciativa de #LeerEnElMuseo y su participación en el movimiento global de 'bookcrossing', los trabajadores de este lugar quieren "animar a la lectura, crear libros viajeros y participar en la creación de un club de lectura sin límites geográficos".


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