El grupo madrileño evita el concurso de acreedores del icono madrileño, donde ya han comenzado a realizar algunos cambios sin cerrar el establecimiento, con la idea de relanzar "la joya que los anteriores propietarios han guardado durante casi 200 años".
La formalización de esta 'macro-operación' no solo se refiere al restaurante, sino al edificio entero del número 8 de la Carrera de San Jerónimo, donde están situados Lhardy en su primer piso y su tienda gourmet en el bajo, así como varios pisos vací
Para seguir leyendo hágase Premium
Pruébelo por 1€ el primer mes
y disfrute de acceso ilimitado a todo el contenido web de Expansión
O suscríbase con su cuenta de Google en dos clics