Mientras “Devórame otra vez” era la canción del Carnaval 1991, entre el hotel Mencey, Las Teresitas y San Andrés transitaban los integrantes de la banda U2, sorprendidos por sus incondicionales la noche del Sábado de Carnaval. En aquella edición acaparaban los titulares las actuaciones de Brigitte Nielsen, en la discoteca Ku, y hasta Juan Luis Guerra actuaba en la plaza de España, mientras Bono y su banda hacía historia en Santa Cruz de Tenerife.

La presencia de artistas para celebrar los primeros conciertos del Carnaval se remonta a 1986, cuando Paco Padrón, entonces director de Radio Club Tenerife, decide traer a la plaza de toros a los Billo’s Caracas Boys –a propuesta de Manolo Monzón, padre de las comparsas– en la antesala de las Noches de Carnaval que desde 1987, cuando se batió el récord Guinness, sirvió de espaldarazo a los multitudinarios bailes que se celebraron desde entonces en el cuadrilátero.

En el Carnaval de 1991, que Santa Cruz de Tenerife dedicó al Espacio y la gala se celebró en la plaza de España, pasaron por la capital Brigitte Nielsen, que actuó en la discoteca Ku, y Juan Luis Guerra, que vino a cantar por primera vez en la ciudad en un concierto pago que se celebró el 14 de febrero de ese año en la plaza de toros.

Ya desde finales de los ochenta la capital tinerfeña se había convertido en la puerta de entrada de las orquestas de ritmos latinos, y pocos vinculan –ni entonces ni ahora– canciones anglosajonas o norteamericanas como el de banda irlandesa U2 al Carnaval chicharrero. Por eso, su inesperada presencia en Santa Cruz de Tenerife desde el sábado (de Carnaval) 9 al 16 –siguiente sábado (de Piñata)– fue toda una sorpresa, en especial para sus incondicionales.

"Un amigo británico me advirtió que U2 estaba en Lanzarote y que iba a venir a Tenerife”

José Farrujia - Fans y editor del Fanzine U2 Lifeline Exit

La primera sospecha o pista de que U2 iba a venir en el Carnaval de 1991 a la capital tinerfeña la tuvo José Farrujia, fan y precisamente por aquella época editor del Fanzine U2 Lifeline Exit, de los que se publicaron dos números y que coincidieron en el tiempo por casualidad: la visita y la publicación. Un amigo británico de Jose Farrujia, que estaba de vacaciones en Lanzarote, le advirtió que la banda irlandesa había recalado en la Isla de César Manrique para grabar imágenes de recursos para su próximos vídeoclip y que desde allí se trasladarían a Tenerife. Era cuestión de indagar: una banda como U2, ¿dónde se podría alojar en Santa Cruz? Hotel Mencey, establecimiento de lujo y referencia de la capital; solo era cuestión de indagar y montar guardia. El 9 de febrero Adam y Larry llegaban desde Lanzarote al Aeropuerto Reina Sofía, mientras que Bono lo hacía por Los Rodeos, donde fue recibido con el cónsul de Irlanda, vestido de ropa veraniega que le obligó a pedir prestado un paragua a una chica que lo reconoció.

Portada del primero de los dos números del Fanzine U2 Lifeline Exit, que editó José Farrujia El Día

Un disfraz igual que The Edge

Hasta la noche del Sábado de Carnaval 9 de febrero, Jose Farrujia –en la actualidad profesor de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de La Laguna– era uno de los pocos privilegiados que sabía que U2 vendrían al Carnaval de Santa Cruz, junto con el Consulado de Irlanda en Tenerife que se encargó de facilitar todos los trámites para la estancia y permisos de grabaciones a la banda.

A las diez de la noche del Sábado de Carnaval de 1991, un grupo de amigos –estudiantes en el Luther King, en La Laguna– quedan en la puerta de Galería Preciados, en la calle del Pilar, para bajar a los kioscos de estudiantes en la avenida de Anaga; se da la coincidencia –fundamental– de que además formaban la banda de rock local Rexdeus: Enrique Domínguez, bajista; Jorge Pérez, cantante; Julio Álvarez, guitarrista, y Antonio Hernández Salinas, batería, y como los incondicionales de la época, tenían sus habitaciones empapeladas con fotografías de U2.

“Estábamos en la puerta de Galerías Preciados y dije: qué disfraz más currado de The Edge... y era él”

Enrique Domínguez - Fan de U2 y batería de Rexdeus

“Te prometo que no habíamos tomado ni una copa, y a las diez de la noche... era nuestra primera para; tampoco estábamos fumados”, se ríe Antonio Hernández. Enrique Domínguez asegura que fue él quien, estando en la puerta de entrada de Galerías Preciados, vio pasar a un tío por la calle con un pañuelo en la cabeza y una chaqueta y comentó al resto del grupo: “Joder, qué guapo el disfraz, porque clavó al personaje de The Edge”, guitarrista y teclado de la banda irlandesa. “Llamaba la atención porque iba raro, no acorde al Carnaval, no encajaba entre toda la gente disfrazada”. Unos pasos detrás estaba el séquito de una decena de personas entre las que reconocieron a la banda completa. “Sentí que el cuerpo no me pertenecía; parece que empiezas a flotar”, narra Antonio Hernández.

Tanto Enrique como Antonio –también estaba con ellos en Galerías Jorge– admiten que lo primero que les llamó la atención de los componentes de U2 era su altura, “chiquitines”, acostumbrados a verlos enormes en los pósters y vídeos. “Chapurreamos inglés con Larry Mullen Jr., el batería, con la misma destreza del idioma que aprendes en el colegio, y le hicimos saber nuestra admiración por ellos. Los acompañamos mientras iban por delante de la plaza del Príncipe, luego frente al Centro Comercial Hollywood –ahí pedimos en los bares un bloc y bolígrafos que nos firmaran autógrafos– y se dirigieron al asador vasco La Chacra, en la parte alta de la calle de La Luna, donde U2 entró a cenar.

Ya ahí la banda y sus acompañantes le pidieron que respetaran la cena, a la vez que también les solicitaron discreción y que no advirtieran de su presencia en la capital; los amigos que formaban el grupo de rock local Rexdeus decidió montar guardia.

“Mientras U2 cenaba en La Chacra, en calle La Luna, contratamos un fotógrafo por 5.000 ptas”

Antonio Hernández - Fan de U2 y batería de Rexdeus

Enrique se queda a las puertas del asador vasco La Chacra, pero faltaba el cuarto componente de Rexdeus, Julio Álvarez Pitti, con quien habían quedado en encontrarse en los kioscos, y fueron a su encuentro Jorge y Antonio para comentarles la buena nueva. Ya localizado Julio, de camino al asador vasco de la calle de La Luna, el guitarrista del grupo propone contratar un fotógrafo de la zona de la plaza San Francisco, por donde estaban sus padres. La presencia de su madre, Carmen Pitti –que a la postre decana del Colegio de Abogados– fue fundamental para garantizar el pago acordado con el fotógrafo: 5.000 pesetas a cambio de acompañarlos y esperar a que saliera U2. La espera se eternizó y el fotógrafo hizo amagos de tirar al traste los deseos de la banda, pero lo convencieron con amigable conversaciones y algunas cervezas. “Lo contratamos sobre las 23:30 horas y U2 salió a la una y media de la madrugada, el bajista con la ropa toda manchada de vino”. “Nos preguntaron a dónde podían ir y le dijimos que toda la ciudad era un bar gigante cuando llega el Carnaval”. Accedieron a sacarse las fotos y “cuando le pedimos de nuevo autógrafos, Bono me firmó el disfraz que conservo en la actualidad”. “Ahí, ya U2 nos pidió que los dejáramos seguir solos y se perdieron por la calle San José”.

Los miembros del grupo de rock local Rexdeus inmortalizan su encuentro con U2 por fuera del asador vasco La Chacra, en la calle de La Luna. El Día

Entrevista con José Farrujia

El editor del Fanzine U2 Lifeline Exit, José Farrujia, recuerda que el domingo 10 de febrero “enviamos un fax al manager de la banda, Paul McGuinness para hacerle saber nuestro interés por entrevistar a la banda y publicarla en nuestro fanzine”. En paralelo, ya habían hecho sus indagaciones para localizarlos. Farrujia se plantó en el hotel Mencey y preguntó en recepción si se alojaba allí U2: “No podemos facilitar datos sobre nuestros clientes porque son confidenciales”, le dijeron. “Estaba claro, estaban allí”, añade Farrujia. Ese domingo 10 de febrero ya vio en el hotel Mencey al batería Larry Mullen y al bajista Adam Clayton, que admitieron que “el viaje había sido agotador y rechazaron ser entrevistados ese día”.

“Cuando abrí el comedor para el desayuno vi a unos ‘peludos’; luego me enteré que eran U2”

Herminio Rodríguez - Metre del hotel Mencey

Herminio Rodríguez, metre del hotel Mencey desde noviembre de 1981, nunca olvidará la mañana de aquel domingo de Carnaval, cuando abrió el comedor, a las siete de la mañana, para el desayuno y vio aparecer “a unos peludos, con gafas de sol, gritando y pensé: estos me van a dar el día, y se fueron. Por la tarde me enteré en el mismo hotel que era un grupo musical que había venido al Carnaval, y era U2”.

Precisamente a las puertas del Mencey se vio por primera vez el coche Trabant, de la antigua República Democrática Alemana, icono de la caída del muro del Berlín, que acompañaría luego a U2 en sus giras y que en aquel Carnaval alguno lo confundió con un coche engalanado por sus pintadas estridentes, y con el que inmortalizaron su paso por Las Teresitas o San Andrés.

U2, en la playa de Las Teresitas, junto a su coche Trabant, que convirtieron en sus conciertos en un icono de la caída del mundo de Berlín. Foto cedida por José Antonio Pérez

El lunes 11, Paul McGuinnees permitió la entrevista pero sin fotografías, a la vez que insistía en que era un viaje de incógnito a Tenerife, como quedó recogido en el fanzine de Farrujia y del que se ha hecho eco 30 años después wwww.u2valencia.com. Adam Clayton, en su mayoría, y Larry Mullen respondieron una pequeña entrevista a Farrujia en la que el bajista de U2 explicó que el motivo de la visita era grabar imágenes para el próximo LP, por lo que se trasladó la banda junto a seis personas más, entre cámaras y técnicos de sonido.

Jose Farrujia, con Larry Mullen, de U2 El Día

Sobre cómo se gestó el viaje a Tenerife, Adam explicó a Farrujia que “el manager Paul McGuiness y el road manager Dennis Sheehan hablaron con el cónsul de Irlanda y prepararon el viaje a Canarias”, si bien “Bono ya había estado en Lanzarote unos cuantos años antes y nos había hablado de esto”; en la la comitiva de U2, todos personas claves en su equipo el director Phil Janou y su fotógrafo oficial, Anton Corbijn, que disipan cualquier duda de que la banda recalara en Tenerife por casualidad.

U2 en el kiosco Numancia

Varios carnavaleros coinciden en asegurar que los integrantes de U2 disfrutaron de la fiesta la noche del Lunes de Carnaval en el Kiosco Numancia, donde todavía hoy se conserva una fotografía que inmortaliza la visita.

El grupo de amigos con el que tradicionalmente se disfraza el actual alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, –entonces salieron con una fantasía de Pretty Woman– recuerda que se colocaron junto a un “coche engalanado (una camioneta). Pensaban que eran unos guiris que estaban en el coche sin permiso y cuando vieron quiénes eran... Allí estaba Bono. No lo creían, pero lo más increíble es que nadie les decía nada, pasaron casi desapercibidos en aquella amanecida”. Javi, uno de los miembros del grupo de Carnaval del alcalde, recuerda que intercambió unas palabras con Bono, que le dijo que “estaban rodando para su disco y le gustaba pasar relativamente desapercibido. Era de amanecida . Imagínate la conversación”, incide.

El grupo de amigos del alcalde Bermúdez se fotografió el Lunes de Carnaval de 1991 con U2 en el kiosco Numancia. El Día

También estaba en la zona del Numancia aquel Lunes de Carnaval el periodista deportivo Carlos Coello. “Iba disfrazado de brasileña y Bono vino a sacarme a bailar, pensaría que era una piba”, comenta con humor.

“La banda iba a grabar imágenes al Teide pero, como este año, nevó y cerraron las carreteras”

Alexander Cabrera - Fan de U2

El martes de Carnaval, 12 de febrero, tras la resaca de la noche anterior, Alexander Cabrera –fan de la banda irlandesa y en la actualidad profesor de Primaria en Fuerteventura– acude al kiosco a comprar el periódico y, para su sorpresa, lee en Diario de Avisos “U2 en Tenerife”. Ni se lo pensó y puso rumbo al hotel Mencey, donde se encontró con José Farrujia, a quien conocía desde 1987 precisamente por su afinidad musical; de hecho, juntos, han vivido las giras de la banda en Barcelona (1992, 1997, 2009 y 2017), Madrid (1993 y 2005, en el Vicente Calderón).

“Imagínate mi reacción cuando te enteras que está en Tenerife el grupo que protagoniza la banda sonora de mi vida. Ni me lo pensé. Me fui a montar guardia al Mencey y con la complicidad de un taxista, que se enrolló, sabíamos cuando iban a salir o lo hacían por delante y otros, por la zona de Los Lavaderos; gracias al taxista le pude hacer allí la fotografía a Bono saliendo del hotel; Larry me permitió también y una foto y me dio un autógrafo, mientras el bajista Adam era el que se mostraba más cercano con la gente”.

La banda irlandesa U2 sale del hotel Mencey por la zona de Los Lavaderos, en la trasera del inmueble. Alexander Cabrera

Desde el martes de Carnaval, cuando trascendió la noticia, hasta que se marcha, U2 limitó sus entradas y salidas; hasta se planteó grabar en la discoteca Ku, donde había actuado Brigitte Nielsen, pero la propiedad pidió que saliera su logo en el vídeo y no hubo acuerdo. El jueves 14, Juan Luis Guerra, que se alojaba en el Mencey, iba a salir a la plaza de toros para actuar; cientos, casi miles de personas estaban agolpadas a las puertas del hotel Mencey cuando llegó Bono, sorprendido por el número de aficionados que lo esperaban a él.

El viernes 15 de febrero, recuerda Farrujia en su Fanzine monográfico dedicado a U2, la banda salió a grabar material fotográfico en un microbus, con tal suerte de que el editor conocía al conductor, lo que le permitió conocer la ruta: Méndez Núñez en el micro y luego a pie por la calle del Castillo, hasta llegar a la plaza de la Candelaria, donde se tomó la célebre imagen, incluida en su disco, a las puertas del Mr. Smile, y de ahí pusieron rumbo al escenario galáctico de la plaza de España, donde un fan le pidió un autógrafo a Bono y le firmó en su disfraz: “Hemos hecho un viaje a la Luna, Lanzarote, Tenerife, Bono 91”, incluyendo el dibujo de una Luna; eran ya las ocho de la noche y de fondo se escuchaba: “Debórame otra vez”. De ahí, de nuevo al micro para poner rumbo a la avenida de Anaga, para grabar otras escenas en las que aparecen corriendo, para que luego Bono concediera a José Antonio Pérez, de Radio Club Tenerife –y pieza fundamental para armar este reportaje– la única entrevista con un medio local, para luego ir a cenar al chino de la avenida de Anaga y poner fin al día siguiente a su visita a Tenerife.

Planificación realizada por Phil Janou de los lugares donde grabaría U2 en el Carnaval de Santa Cruz. Foto cedida por Jose Farrujia

Una vez se conoció que U2 estaba en la Isla, el martes de Carnaval, el director de Radio Club Tenerife reunió a José Antonio Hernández, Juan Ramón Hernández y Willy García –que había la programación especial en la emisora– para recriminarle que la banda irlandesa estaba en la Isla y no se habían hecho eco. José Antonio Pérez y Juan Ramón Hernández, con el orgullo tocado, lograron la única entrevista que realizó un medio local, el viernes 15 de febrero, el día antes de que se marcharan, precisamente para evitar amplificar que estaban en la Isla.

Fotografía que inmortalizó Sergio Méndez de la entrevista de José Antonio Pérez con Bono. Foto de Sergio Méndez cedida por José Antonio Pérez.

En tono distendido y con el peso de las horas, Bono accede a la entrevista con José Antonio Pérez en la que le bromeó cuando le preguntó su opinión sobre Canarias: “Pensé que estábamos en Madrid... Sí, me gusta mucho estar aquí”. En otro momento admitió su admiración por la mujer canaria, de la que dijo que son muy guapas. Sobre su estancia explicó: “Estamos aquí de vacaciones y pretendiendo trabajar. Nosotros tenemos descanso y en vacaciones buscamos un sitio lindo como este, y nos encanta el Carnaval”.

La visita de U2 al Carnaval de Santa Cruz de Tenerife quedó inmortaliza en su disco “Achtung baby”, que como recuerda el periodista Juan Galarza, llegó a encabezar la lista de ventas estadounidense. En las fotos aparecen Larry Mullen Jr., batería del grupo, disfrazado de mujer en el interior del hotel Mencey, teniendo de fondo el conocido “Caserío de Masca” de Manuel Martín González, además de otras del cuarteto en medio del gentío y tomándose unas cervezas en un kiosco y en Mr. Smile.

Los componentes de la banda U2, por fuera del Mr. Smile, en la plaza de la Candelaria. Foto cedida por José Antonio Pérez.

¡Qué grandes los irlandeses y qué grande el Carnaval de Tenerife!, testigo de la transición del rock mesiánico representado en “The Joshua Tree” a “Achtung Baby”, al pop rock más comercial donde el Carnaval dejó su impronta, como queda reflejado en el videoclip de “Even better than the real thing”.