No quiero que el pediatra le retraiga el prepucio

Pregunta

Tengo un hijo de cuatro meses, Noah. En la última revisión, hace un par de semanas, el enfermero de pediatría, el inspeccionar el prepucio del niño, creo que le hizo algún desgarro porque al llegar a casa tenía un poco de sangre.

He leído en Ser Padres un artículo sobre el tema, explicando que la maniobra de retirar el prepucio no era necesaria. Yo soy de la misma opinión, creo que la naturaleza es sabía y el niño evolucionará sin tener que ayudarlo.

Me gustaría tener más información sobre esto para poder hablar con el enfermero y el pediatra en la siguiente revisión para aclararles mi punto de vista con argumentos convencentes, aunque les tendría que bastar con que les diga que no y punto.

Respuesta

En el recién nacido y durante el primer año de vida lo normal es que el prepucio cubra el glande por completo. Poco a poco, de forma natural, en la inmensa mayoría de los bebés el prepucio se va dilatando y permite que aflore el glande con más facilidad.

A medida que esto sucede, sin realizar ningún tipo de maniobra, se debe lavar con agua y jabón, el prepucio y la parte del glande que va asomando con una suave presión, sin forzar.

A estas edades, por tanto, no se deben realizar maniobras sobre el prepucio ya que en algunos casos, sobre todo, si se realizan de forma reiterada, pueden facilitar adherencias entre prepucio y glande que a la larga pueden dificultar el deslizamiento del prepucio sobre el glande.

En la próxima visita no necesitas argumentos para que no vuelvan a repetir la maniobra sino, simplemente, antes de desnudar al bebé decirles que no quiere que le vuelvan a hacer lo mismo.

Solamente se debe realizar una dilatación, e incluso la actuación de un cirujano, en caso de que el chorro de la orina sea demasiado fino (indicaría una ligera estrechez del prepucio) o por la aparición de infecciones repetidas de la zona (balanitis).